Historia de los carnavales 1983

 Si en 1981 el Carnaval de Santoña representó el resurgir de una fiesta popular arraigada en la localidad desde siglos atrás, y en 1982 se trazó el camino a seguir, dotando al evento de un formato más amplio, el Carnaval de 1983 marcaría la consolidación definitiva de esta celebración marinera como uno de los referentes festivos de toda Cantabria.

  Hacia finales de 1982, la Comisión Pro-Carnaval se preparaba para retomar las reuniones y comenzar a planificar el próximo carnaval. El Carnaval de 1982 había sido un éxito rotundo, lo que llenaba de entusiasmo a todas las peñas y asociaciones que integraban la comisión. Tras compartir impresiones sobre la edición anterior y discutir posibles mejoras, uno de los primeros acuerdos alcanzados fue definir las fechas para el Carnaval de Santoña 1983, que se celebraría del 11 al 13 de febrero, manteniendo el mismo formato del año anterior.

   -. Viernes 11 de Febrero "Día infantil".
   -. Sábado 12 de Febrero "Gran Carnaval".
   -. Domingo 13 de Febrero "Juicio en el fondo del mar y Entierro del besugo".

 La prensa regional seguía de cerca todos los preparativos que la Comisión Pro-Carnaval realizaba para el Carnaval de Santoña, y así lo reflejaba Manuel Adolfo Muela en El Diario Montañés el 17 de diciembre de 1982.

"Las peñas y asociaciones organizan los preparativos del Carnaval"

 Las peñas y asociaciones de Santoña se han reunido periódicamente para ultimar los preparativos del Carnaval, tras el extraordinario éxito alcanzado en la edición anterior, en la que se registró un alto índice de participación. Se alcanzaron cifras tan elevadas como tres mil quinientas personas, además de un notable número de visitantes provenientes de diversos puntos de la provincia y otras regiones de España. Cabe destacar que desde Madrid llegaron dos autobuses llenos de santoñeses que residen en la capital, demostrando el atractivo y el arraigo de esta festividad entre la comunidad.

 En otro de los acuerdos que tomó la comisión fue "...El cartel anunciador será elegido de entre los que quedaron finalistas del concurso del pasado año....", y que volvió a recaer en el Santoñés Manuel Castaño Paltré.

 y también resaltar que la comisión acuerda es "...abrir una cuenta en cada uno de los bancos de la localidad con el fin de recaudar fondos para el carnaval...".

 Con un presupuesto inicial de 400.000 pesetas, tomando como referencia el del año anterior, la aspiración era que el Carnaval de 1983 superara todas las expectativas, tal como lo había logrado el Carnaval de 1982.

"Santoña ultima sus tradicionales carnavales"

La Comisión Pro-Carnaval en las siguientes reuniones, y como publicaba el Diario Montañes el 15 de Enero de 1983, buscaba formulas ingeniosas que reportaran ingresos, organizando rifas, "operación duro", y todo lo imaginable para intentar conseguir llegar al medio millón de pesetas necesarios para el presupuesto básico que se habían propuesto para cubrirlas necesidades básicas el carnaval, si bien también habrá ayuda municipal y colaboración en la organización de los mismos por parte del Ayuntamiento de Santoña.

 Se calcula que unas 5.000 personas participarán disfrazadas y las peñas musicales y charangas pondrán el toque alegre junto a las orquestas que ya están previstas.

 Mientras los modernos carnavales siguen su curso y van escribiendo su propia historia, la prensa sigue recordando los antiguos carnavales y centra sus entrevistas en Domingo Larrañaga "Ñe" que como en capítulos anteriores, recordamos que fue uno de los miembros del "Los parrandistas" y autores de la murga "El juicio en el fondo del mar".

 En dichas entrevistas, Domingo Larrañaga comparte sus recuerdos sobre los carnavales de Santoña en los años treinta. Aunque en esa época los recursos económicos eran limitados, la creatividad suplía la falta de medios. Los disfraces solían confeccionarse con materiales como pellejos de paparda, que generaban un fuerte olor, pero la diversión prevalecía sobre las incomodidades.

 Domingo relata cómo las murgas eran muy apreciadas, a pesar de que algunas de sus canciones contenían frases inapropiadas que los llevaban al calabozo en ocasiones. Además, cuenta anécdotas divertidas, como cuando soltaron ratas en un baile o engañaron a unos soldados con orinales, situaciones que terminaban en caos y risas.

 Comparando con los carnavales actuales, Domingo menciona que ahora se gasta mucho más en disfraces y hay menos diversión genuina, aunque celebra el resurgir del evento gracias al entendimiento entre las peñas y el Ayuntamiento, lo que promete que Santoña volverá a tener los mejores carnavales de la región. También destaca la preparación del Juicio del Besugo, que anticipa unos carnavales excepcionales.

                                                                                 

 

 En los días previos todos los preparativos para el Carnaval 1983 se iban intensificando para poder llegar a tiempo para el viernes día 11 de febrero, la prensa relataba como "Santoña vive la fiebre del Carnaval", y como las Peñas locales están trabajando arduamente en los preparativos, con charangas ensayando y personas construyendo figuras de peces, incluido el emblemático besugo, que jugará un papel central en el evento del "Juicio en el fondo del mar". Este espectáculo único, que involucra a voluntarios interpretando diferentes papeles, culminará con el juicio del besugo, acusado por su romance con una sirena. La comunidad también se está preparando con disfraces elaborados y hay gran expectativa, especialmente por superar el éxito del año anterior, cuando miles participaron en el Carnaval y el simbólico entierro del besugo.

 El ambiente festivo ya se respira en la villa, y la dedicación de los vecinos y pescadores es notable en los preparativos, que incluyen la recreación precisa de diferentes especies marinas. Se espera que este año sea aún más exitoso, siempre y cuando el clima acompañe, y el evento promete desbordar la villa con alegría y color.

 Uno de los Factores que mas preocupaba a la organización fue el temporal de frio y nieve que por esos dias nos acompañaba en Santoña. Bajo el lema "que nada se pare, pese a las inclemencias del tiempo" todos los actos siguieron su curso. 

 Y llegó el día "D" y el viernes 11 de febrero "día infantil del carnaval", bajo intermitentes precipitaciones de nieve, un millar de niños, sin importarles en absoluto las inclemencias del tiempo, se lanzaron a la calle. Era su día, y nada ni nadie les pudo impedir participar en la alegría que les proporcionaba su Carnaval, teniendo en cuenta, además, que su ilusión ya venía pre-concedida desde Reyes, cuando la mayoría de ellos solicitaron los disfraces para esta fiesta.

 Minutos después de las seis de la tarde, las distintas charangas de las peñas Los Ronceros, Vinikis, Baninsa y Los Cántabros iniciaron el recorrido desde la calle Manzanedo hasta la Plaza de San Antonio, calle Cervantes, Marqués de Robrero, Serna Occina, para volver nuevamente a San Antonio. Intercalados entre las charangas, los niños participaron saltando y bailando al compás de estas, con una gran variedad de disfraces, poniendo la nota de color, alegría e ilusión. El frío reinante no fue obstáculo alguno para que impidiera su salida, y ahí está la prueba con aproximadamente un millar de participantes.

 El día Grande de Carnaval ni el frio ni la nieve pudieron con los carnavales de Santoña, Radio Santander, en frecuencia modulada, transmitió desde primeras horas de la mañana el ambiente festivo, y por la tarde, en directo, el gran desfile, que duró casi dos horas, con charangas, comparsas y todo tipo de instrumentos, en una tarde gélida con continuas nevadas. Una participante de excepción fue la embajadora de Colombia en España, quien vestía el típico traje castizo madrileño. Había sido invitada por el Ayuntamiento de Santoña, acompañada por los agregados comerciales de su país en España. En una breve recepción en el Ayuntamiento, el alcalde le entregó una placa y un ramo de flores, gesto que la señora Teresa Barbo agradeció profundamente, mostrándose gratamente sorprendida.

 El ambiente, pese al intenso frío, era realmente extraordinario. La Plaza de San Antonio estaba abarrotada de público, ofreciendo un aspecto poco común. La gente bailaba en las calles alrededor de la plaza, ya que esta estaba completamente llena de personas, quienes no cesaban de bailar al ritmo de la excelente orquesta "Quinta Dimensión". Ni la nieve ni el frío lograron detener la fiesta.

 El "Juicio en el Fondo del Mar", con el paseo y desfile del besugo, comenzó a las siete y media de la tarde del domingo, con las distintas charangas acompañando a una treintena de peces, junto con el rey Neptuno y su corte marina, lo cual constituyó un éxito extraordinario. Una verdadera manifestación popular participó en el paso y miles de personas acompañaron el cortejo por las distintas calles. Aquello era un hervidero de público, donde ya se notaba una gran cantidad de "luto" entre hombres y mujeres. A la hora citada, el "reo" fue llevado a hombros hasta la Plaza de San Antonio, lugar del "juicio", escoltado por todos los peces y precedido de comparsas y charangas.

 El juicio en el fondo del mar ha sido un éxito clamoroso. Era uno de los actos más esperados por el público, logrando un gran brillo. Perfecta la organización, y no menos importante la estupenda colaboración del público, imperturbable ante los elementos climáticos, viviendo intensamente la fiesta.

 En definitiva, el Carnaval de 1983 superó todas las expectativas, a pesar del temporal que se vivió. Esta edición consolidó nuestro carnaval como un referente en toda la región, gracias a un empuje popular difícil de frenar porque la participación popular es espectacular. Además, dejó una reflexión: "Hacer el carnaval en Río de Janeiro con sol y 40º es algo normal; hacerlo en Santoña con nieve y temperaturas bajo cero ya no es tan habitual". Sin embargo, indudablemente, Santoña es el único pueblo que puede celebrarlo de esta manera".