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Santoña y su poesía popular

La revista SANTOÑA en en su edición de septiembre de 1963, recogía un articulo escrito por la profesora del instituto laboral "Manzanedo" sobre la poesía popular de Santoña y en el que se puede leer parte de la letra de la murga los parrandistas de 1934 " el juicio en el fondo del mar".

 Santoña y su poesía popular

por M." del CARMEN GALAN BUSTAMANTE
(Profesora del Instituto Laboral «Manzanedo» ) 

 Hoy en todo el mundo se ha puesto de mo­da el estudio de la cultura popular, y se reco­gen con gran interés los refranes, canciones, ro­mances, juegos, fiestas y regocijos dei pueblo. El folklore gana simpatizantes de día en nía.
As! como todo el sentir de un pueblo se halla contenido en sus coplas, todo su pensar está condensado y como cristalizado en sus refra­nes, que pueden ser considerados como la pri­mera y más sencilla manifestación del arte po­pular. En Santoña los que más abundan son los meteorológicos y parece natural que así sea en un pueblo de pescadores. ¿Qué otra cosa pue­de preocupar a estos hombres que viven en el mar y del mar?. Señalaremos a continuación unos cuantos ejemplos:

"Cuando el Buciero se pone el sombrero,
coge el paraguas que viene aguacero.
Cuando el Buciero pone montera,
agua se espera"

"Niebla en Escalante,
Terral en la bahía
señal de buen día.
Niebla en el Buciero,
Terral en la bahía
señal de mal día" 

 

 El Terral es el viento Sur, enemigo en las ma­ñanas de invierno de la gente de mar de esta comarca. Se cuentan muchas anécdotas sobre él, pero ninguna tan significativa como la si­guiente: Un marinero de Santoña, estando a punto de morir, pidió un confesor. Sus fami­liares le trajeron uno del monasterio de Mon­tehano. Se confesó el pescador y antes de darle la absolución, le preguntó el Padre: Hijo mío, ¿Perdonas de todo corazón a tus enemigos? A lo que respondió el moribundo: Si, Padre, a to­dos, menos a uno, al Terral que me ha matado.
 Dice Amós de Escalante que «no hay golon­drina viajera ni ráfaga de aire que vuele y corra lo que corre y vuela una canción del pueblo». El pueblo, a veces, inventa y transforma las co­plas mejor que los poetas cultos. Siendo yo niña oí muchas veces cantar a las mozas de San Vicente de Toranzo:

"Mi carbonero, madre,
tiene una maña;
con el carbón y el cisco
hace la cama.
Vaya una gracia,
vaya un salero,
que tiene, madre,
mi carbonero"

que en Santoña cantan así:

"Mi marinero, madre,
tiene una maña;
con la vela y el remo
hace la cama.
Vaya una gracia, vaya un salero,
que tiene, madre, 
mi marinero"

  En la montaña se canta mucho0 y a todas las horas, ¿ cómo no iban a hacerlo los marineros de Santoña, la gente mas alegre y con el mayor sentido del humor que hemos conocido?.
 Prueba de ello son las canciones que en poco tiem­po hemos recogido, gracias a la amabilidad de los pescadores que acudían a las clases noctur­nas de la Escuela Media de Pesca en el Insti­tuto Laboral. Pero seríamos injustos si no hi­ciéramos mención especial de un popular pes­cador de esta villa llamado el «Ñé», famoso no sólo por su singular ingenio, humor y simpatía, sino también por su prodigiosa memoria. El «Né» es una verdadera mina en canciones an­tiguas y modernas .
 De estas canciones unas son religiosas y es­tán dedicadas a la Virgen del Puerto cuya ima­gen, según tradición por todos admitida, acom­pañó a Colón en el descubrimiento del Nuevo Mundo y son muestra del cariño que los mari­neros y todo el pueblo de Santoña le profesan.
 Antiguamente era costumbre que los pesca­dores al enfilar la boca del puerto se encomen­dasen a ella entonando la Salve. Hoy esto ha desaparecido, pero todavía le cantan fervorosas tonadas: 

"Marineros de Santoña,
cuando salgáis a la mar,
rezad todos a la Virgen
que Ella os ha de salvar"

 Otras son cantos que encierran fragmenta­riamente la historia de la comarca. Ellos nos dicen cómo fortificaban y luchaban los anti­guos santoñeses; quiénes fueron los marinos que le dieron fama; qué frutos se exportaban al extranjero; cuáles eran las nuevas construc­ciones de la Villa y hasta los «piques» entre los pueblos vecinos por querer tener las mozu­cas más saladas y hermosas de las Siete Villas:

"Para naranjas, Colindres,
para limones, Laredo,
para mozucas, Santoña,
y para estudios, Carriedo"

 

"Cádiz, Santoña,
Gibraltar y Figueras
son en fortaleza
las cuatro primeras"

"Ya nos están construyendo
los puentes de la calzada
y una machina en el norte
que no vale para nada"

Muchos son cantos· de amor, come éste en que se hace alusión a una costumbre antigua de despedir a los marineros que salían a la mar en embarcaciones de remo a lo largo de la es­collera, hasta que se perdían de vista tras el monte en que está enclavado el fuerte de San Carlos: 

"Al pasar por San Carlos
hacia la costa,
vi a una santoñesuca
triste y llorando
sobre una roca.
La vi llorando
y dije ¿por quién suspiras?
Porque mi marinero
se ha ido a la pesca y le estoy llorando 
la despedida"

  Algunos cantos son humorísticos, a veces verdaderos modelos de la ironía marinera y constituyen la crítica chispeante de la Villa. Parece que muchos fueron escritos a fines del siglo pasado por un pescador llamado «Uñitas» notabilidad en el género. A él se debe este cu­riosísimo cantar que tiene interés por hacer alusión a casi todos las peces existentes en el mercado de Santoña a los que va citando por sus respectivos nombres locales y que titula pomposamente «Juicio en el fondo del mar», y cuyo asunto es el pleito sostenido en el fondo del mar al ser raptada una sirena por un besu­go enamorado: 

Neptuno, dios de los mares,
hondamente contrariado
el asunto ha encomendado
a un verdel que es «abogado».
..........
Desde el pez más «diminuto»
hasta el muergo más astuto
prestará declaración.
...........
De la defensa del reo
por lo visto se ha encargado 
un ilustre salvareo
que es espinoso y «letrado».
................
Dos mil trescientas lubinas,
mandadas por un luciato,
armadas con carabinas
formarán en aquel acto.
Les están encomendadas
las funciones de bedel
a dos activos lenguados
y a un elegante pajel.

Los porretanos y barbos
de jurado actuarán
y al reo con sus descargos
absuelto declararán.

Discurso del Señor Presidente:

"Y por orden riguroso
del delfín hasta el baboso
declaración prestarán:
sapopeces, calamares,
jibiones, truchas,
palometas, relanzones,
luciatos, Jibias y mubles.
Meros, rodaballos, julias,
salmonetes y cabrachos,
merluzas, bocartes, tencas,
congrios, ballenas y escachos.
Sardinas, taurones,
porretanos, chaparrudos,
tembladeras, tiburones,
pintalacolas y durdos"

.......

También comparecerán
a prestar declaración
una caila y un cailón,
dos llampas y un abacanto,
cangrejos de mar y muergos,
mielgas, truchas y langostas,
tacotas, carpas y ostras.
Y si por el tribunal
se formula alguna queja
de manera muy formal
la resolverá la almeja.

 

  Debemos pues, como dice el insigne montañés Menéndez Pelayo "hacer que crezca en nosotros el amor a las glorias de nuestra provincia, de nuestro pueblo y de nuestro barrio, único medio de hacer fecundo y provechoso el amor a las glorias de nuestra patria"

Fuente: Revista Santoña Septiembre 1963